Por: Annette Planells
Estamos a menos de tres semanas de definir el futuro del país, y quisiera aprovechar este espacio para reiterar la importancia de prestarle mucha atención a la elección de los próximos 71 diputados.
La campaña presidencial es tentadora, los candidatos nos prometen un mundo de fantasía con el voto y, aunque sabemos que no es posible que cumplan todas sus promesas, nos damos la oportunidad de soñar, pero en el proceso, podemos descuidar la elección de los diputados.
Al margen de quién gane la elección para presidente de la República, tendrá que gobernar con 71 diputados que serán un factor determinante en el éxito o fracaso de su gobierno.
Estos diputados elegirán al próximo contralor general de la República, pieza clave para la implementación del presupuesto y para salvaguardar que se ejecute cumpliendo la ley de manera transparente. Ellos pueden elegir a una persona sumisa, que simplemente valide todo lo que viene del Órgano Ejecutivo, obviando los más importantes controles, y facilitando así la corrupción y el despilfarro de nuestros recursos. Los diputados pueden elegir también a una persona que bloquee o aletargue la ejecución del presupuesto, impidiendo que se realicen los proyectos, lo que a su vez generaría una crisis económica que nos afectaría a todos. Aspiramos a contar con una Asamblea de diputados que escoja para este cargo crítico a un profesional capacitado, con la trayectoria y voluntad para generar eficiencias en la ejecución del presupuesto y que, sobre todo, fiscalice el uso responsable de los bienes del Estado.
Los próximos diputados ratificarán o no los nombramientos de los próximos cinco (o seis) magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Pueden ratificar cualquier cosa que envíe el Consejo de Gabinete, pueden bloquear los nombramientos, manteniendo a los actuales o pueden ejercer su función constitucional ratificando a aquellos candidatos que cumplan con el perfil que necesitamos para rescatar la justicia del país del deplorable estado en que se encuentra.
Los diputados también tienen la responsabilidad de juzgar a los magistrados. Nuevamente, pueden optar por archivar o engavetar denuncias o pueden investigar, juzgar y condenar a aquellos magistrados que hayan infringido la Constitución y la ley que juraron cumplir y defender.
No olvidemos, también, que son los diputados los que aprueban las leyes; incluso, el posible llamado a una asamblea constituyente debe pasar por el pleno de la Asamblea para su aprobación. Asimismo, mucho del contenido de los planes o promesas de gobierno de los candidatos presidenciales, tiene que ver con la presentación de leyes que necesitarán ser aprobadas por la Asamblea.
El peligro radica en que 56 de los 71 diputados actuales buscan reelegirse, entre ellos tenemos candidatos a diputado que están siendo investigados por casos de corrupción, candidatos que deberían estar presos; algunos, incluso, con vínculos al narcotráfico y a las pandillas, y otros, posiblemente buscando inmunidad. Afortunadamente, también tenemos buenos candidatos, personas que están haciendo un sacrificio enorme para poner su granito de arena en el rescate de la Asamblea.
Canalicemos todo ese entusiasmo que existe por nuestros candidatos presidenciales en asegurarnos de que, cuando gane, no se encuentre con una Asamblea extorsionadora, que le impida cumplir sus promesas y nos mantenga, una vez más, añorando el próximo cambio de gobierno.
En nuestras manos está el darles esa oportunidad a nuevos candidatos y, a la vez, darnos la posibilidad de tener una Asamblea que verdaderamente cumpla su rol de legislar en beneficio del país. #NoALaReelección #PelaElOjoPanamá
La autora es miembro de Movin y conductora del programa de radio ‘Sal y Pimienta’.
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