Acabemos con el abuso, la corrupción y la impunidad

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Por: Annette Planells

Durante el gobierno pasado, los diputados trasladaron 247 millones de dólares a diversas juntas comunales para obras en sus circuitos. De esos 247 millones de dólares, según la auditoría de la Contraloría, 50 millones de dólares no tenían factura fiscal y 20 millones de dólares no tenían ninguna factura. Estos 247 millones de dólares fueron manejados por 70 diputados pertenecientes a los partidos Cambio Democrático, PRD, Panameñista, Molirena y el Partido Popular. Casi cinco años después, todavía no han rendido cuentas.

Durante este gobierno, Mary Triny Zea del diario La Prensa, publicó una investigación de la partida 172 de donaciones y contratos de la Asamblea Nacional, en la que se revelaba que algunos diputados habían utilizado dichos contratos para personas que solo cobraron un pequeño porcentaje de estos, entregando la diferencia a una persona que lo acompañaba a cobrar el cheque. La investigación también reveló que las donaciones muchas veces llegaban a oenegés cuyos directores eran diputados o empleados de los diputados. En otra investigación, Mary Triny Zea presenta una serie de contrataciones en la planilla 080, con la que los diputados contrataban a familiares y activistas políticos.

Los diputados, entre 2016 y 2017, llegaron a gastar 160 millones de dólares en las partidas 080 y 172, sin que a la fecha ninguno haya respondido legalmente por malos manejos.

Pandeportes, según cifras de la Contraloría, entregó cerca de 30 millones de dólares a ligas deportivas, y el 90% estaban lideradas por diputados. Una investigación de Mary Triny Zea reveló que gran parte de los aportes de Pandeportes no llegaron a las ligas y comunidades adonde estaban destinados. Adicionalmente, se revelaron una serie de irregularidades en la documentación presentada para sustentar los gastos.

A la fecha, ningún diputado ha enfrentado cargos penales por el aprovechamiento ilícito de los recursos del Estado. Y lo que es mucho peor, muchos de estos diputados están aspirando a reelegirse, sin que puedan ser impugnados, porque la justicia no los ha alcanzado o no los ha querido alcanzar.

¿Cómo podemos aspirar a una Asamblea que legisle en beneficio del país cuando las personas que aspiran a volver a legislar lo hacen sin que la justicia les exija rendición de cuentas, a pesar de toda la evidencia publicada en su contra?

Algunos circuitos electorales tienen más de seis aspirantes con casos pendientes con la justicia, incluyendo supuestos casos de tráfico de drogas. Es un círculo vicioso que se repite una y otra vez: la justicia no los alcanza y, mientras no sean condenados, no se les puede excluir de la contienda electoral. El mismo dinero que nos roban es el que utilizan para garantizar que continúen robándonos. El sistema ha probado ser incapaz de procesar a ningún diputado; no hay un solo caso que haya concluido con una condena, y el tiempo que demora la investigación y el juicio de dichos casos mantiene la participación de los políticos corruptos que se reelijen una y otra vez, perpetuando la impunidad y el abuso en la mala utilización de los recursos de todos los panameños.

Panamá necesita salir de esta espiral de corrupción, y solo con nuestro voto podremos sacar a los corruptos de la Asamblea, dándole oportunidad a nuevos y mejores candidatos.

Los invito a investigar a todos los candidatos nuevos; escojamos a los que estén mejor preparados, cuya trayectoria garantice sus promesas. No queremos pasar cinco años más quejándonos de los corruptos e incapaces que son las personas que nos representan en la Asamblea Nacional.

La autora es miembro de Movin y conductora del programa radial ‘Sal y Pimienta’.

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