Se levantó el velo y se destapó lo obvio; ¡la relación enferma entre el Órgano Ejecutivo y el Órgano Legislativo continúa! A pesar de los evidentes casos de corrupción encontrados en el manejo de las planillas 080 y 172 y la negativa por parte de la Asamblea Nacional de permitir la auditoría de Contraloría como manda la ley, los diputados han podido recontratar parte de esas planillas, incluso con salarios más altos.

La podredumbre del sistema ha quedado en evidencia con el escándalo de PANDEPORTES, los contratos de publicidad con emisoras de los Diputados, las donaciones a fundaciones ligadas a los diputados y quien sabe cuántos escándalos que estén por salir. Los Diputados siguen abusando de los recursos del Estado, con el consentimiento de un Órgano Ejecutivo, que mira para otro lado. Mientras tanto, los ciudadanos seguimos recibiendo servicios públicos deficientes y viendo una deuda pública que aumenta junto con la planilla estatal.

La frustración y decepción que sentimos no pueden impedir que exijamos una administración pública transparente, que utilicen los recursos del Estado de forma eficiente. TODOS los que han abusado de su poder y de los recursos de todos los panameños deben enfrentar a la justicia sin excepción.

Exigimos el veto parcial de la ley de presupuesto para eliminar los artículos que debilitan los controles y la inmediata suspensión de las planillas de la Asamblea, en cualquier partida, creadas posterior a la suspensión de la planilla 172; hasta que se haga una auditoría extensiva y se publiquen todos los detalles que exige la ley de transparencia.

El servicio público es un privilegio que viene con la responsabilidad de rendir cuentas. Aquel que no esté dispuesto a rendir cuentas, debe renunciar y permitir la entrada de líderes con valores y la voluntad de hacer lo correcto, por encima de lo conveniente.