Por: Annette Planells
 

La relación del Órgano Ejecutivo y el Órgano Legislativo parece haber llegado a un feliz arreglo. Ya sea por el hambre que tienen los diputados por el presupuesto en medio de una campaña que aparenta no ser tan fácil como las anteriores, o por la urgencia del gobierno de Juan Carlos Varela de dejar nombrado a los magistrados y a los miembros de la junta directiva del Canal de Panamá, lo cierto es que encontraron el camino para aceitar la rueda, las planillas se están pagando y las ratificaciones están avanzando.

No existe planilla sin la autorización del Órgano Ejecutivo ni la aprobación de la Contraloría General de la República.  Esta conveniente complicidad que por momentos pensamos que podría terminar, y que ha venido fortaleciéndose en los diferentes gobiernos, es la vía más malsana de operar so pretexto de un pacto de gobernabilidad.

Al final, la factura la estamos pagando los ciudadanos y no saldrá barata.  Más allá de los millones de dólares en planillas injustificables, en contratos o en donaciones, el daño institucional es mucho más costoso.

Aparte del evidente despilfarro en pagos de planilla para familiares, amigos, activistas políticos y personas que, con o sin su conocimiento, fueron utilizados para robarle al Estado, tenemos una cantidad de diputados con serias acusaciones y sin ninguna esperanza de que la Corte Suprema de Justicia los investigue y los juzgue.  La realidad es irrebatible, ningún diputado ha sido condenado por la Corte Suprema de Justicia en nuestra historia democrática.  Peor aún, muchos de esos diputados que hoy deberían estar presos, los veremos correr y ganar en las próximas elecciones, perpetuando la espiral de corrupción que está consumiendo nuestra democracia.    

Todo esto debería traer como consecuencia nuestro absoluto rechazo en las urnas contra los políticos que han participado de esta fiesta y también de los que han volteado su mirada convenientemente para lograr victorias pírricas, efímeras y cortoplacistas.

Señores, sí podemos encontrar otro camino, aún podemos hacer mucho por el adecentamiento de los principales órganos del Estado, siendo la Asamblea Nacional uno en el que podemos incidir de manera directa para recuperar la confianza en una gestión legislativa transparente, alejada de toda corrupción y que fortalezca la institucionalidad del Estado.  

En Movin estamos haciendo un esfuerzo extraordinario para encontrar candidatos a nivel nacional que puedan cambiar esta situación desde adentro de la Asamblea.  De igual forma, invitamos a todas las organizaciones ciudadanas y a los ciudadanos comprometidos con la democracia a que investiguen dentro de sus circuitos las hojas de vida y propuestas de cada candidato.  Hay buenos candidatos a nivel nacional, personas que han tenido una trayectoria que garantiza sus promesas; el reto está en encontrarlos y acompañarlos a superar los desafíos de una campaña muy desigual, una campaña que favorece la continuidad justo de lo que los ciudadanos estamos hastiados.

El 5 de mayo podemos hacer la diferencia, digamos #NoALaReelección, sí al #VotoInformado y, sobre todo #PelaElOjoPanamá, porque en nuestras manos está el futuro de nuestros hijos y el de nuestros nietos.

La autora es miembro de Movin y conductora  de ‘Sal y Pimienta’