Las redes sociales se han convertido en una herramienta valiosa para descubrir casos de corrupción. Es cada vez más difícil ocultar información, pues en cualquier parte aparece un ciudadano, toma una fotografía o video, y en minutos puede volverse viral.
Pero para un ciudadano puede ser frustrante contar con tanta información sobre casos de corrupción y ver cómo los responsables no reciben ningún castigo y, lo peor, sentir que no puede hacer absolutamente nada al respecto. Más allá de quejarse en las redes sociales y conocer a otras personas que comparten su indignación, solo, es casi imposible lograr cambios.
Es allí cuando los movimientos ciudadanos toman relevancia. Un grupo de personas que comparten objetivos y valores, se organizan para realizar propuestas a fin de resolver problemas de su comunidad, del país o, incluso, del mundo. Porque es a través de ciudadanos organizados que se pueden lograr cambios en temas como la salud, la educación, el transporte, el acceso a los servicios básicos, los derechos humanos de las minorías, el cuidado del medio ambiente, reformas laborales, el combate a la corrupción y muchos otros temas.
Los movimientos ciudadanos han tenido mucho impacto en Panamá y en el mundo. En Estados Unidos el movimiento por los derechos civiles, #MeToo para combatir el acoso sexual, el movimiento de los indignados en España, el sufragio femenino universal, en Panamá, la Cruzada Civilista y más recientemente, el movimiento #NoALaReelección.
No es tan complicado organizar un movimiento, basta con que un grupo pequeño de personas que comparten las mismas motivaciones e intereses se reúna, establezcan objetivos y planes de acción, y luego vayan sumando a otras personas que se identifiquen con los mismos, para trabajar coordinadamente.
En Panamá el Movimiento Independiente (MOVIN) comenzó así, un pequeño grupo de amigos preocupados por la corrupción y la destrucción de las instituciones, se reunieron y decidieron tomar acción. En el camino nos fuimos incorporando muchos otros ciudadanos. Hemos tenido aciertos y decepciones, hemos ido aprendiendo y reenfocando nuestras energías en donde pensamos que podemos tener mayor incidencia para fortalecer las instituciones, combatir la corrupción e incentivar la participación ciudadana.
Los problemas no se resuelven solos, y quejarnos solo aumenta nuestra frustración. Necesitamos pasar de preocuparnos a ocuparnos, de culpar a otros a tomar la responsabilidad que nos corresponde, y dejar de ser víctimas para convertirnos en protagonistas. Todos podemos ser parte de un movimiento, solo necesitamos identificar a aquel con el que sentimos mayor afinidad en cuanto a sus causas y valores, o bien crear nuestro propio movimiento. Esto requerirá el atrevernos a generar un cambio, a estar dispuestos a invertir un tiempo hoy, que nos puede evitar una crisis a futuro... así construiremos una mejor patria.
La autora es miembro de MOVIN y conductora del programa radial ‘Sal y Pimienta’.
[ Fuente: La Prensa]
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