Por: Annette Planells
Después de tres años de que Mary Triny Zea publicara en el diario La Prensa su investigación periodística “Dudosa filantropía”, la cual evidenció el uso arbitrario y, en muchos casos, ilegal de las donaciones de la Asamblea, los ciudadanos le pasaron la factura a los diputados. Solo 15 de los 71 diputados actuales regresan a la Asamblea Nacional el 1 de julio.
Muchas cosas pasaron después de esa investigación, entre ellas, el fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucionales las donaciones de la Asamblea Nacional.
Posteriormente, le siguieron diversas investigaciones que revelaron el uso de las planillas de la Asamblea para nombrar a familiares, botellas, activistas políticos o para la planilla cash back, en la que el cheque salía a nombre de una persona, con o sin su conocimiento, pero el destino final era el propio diputado.
El escándalo no terminó allí, las investigaciones de los pagos de Pandeportes a las federaciones deportivas lideradas por diputados fue quizás la gota que derramó el vaso de la indignación ciudadana, que culminó en el porcentaje de reelección de diputados más bajo desde 1994.
La lucha por el adecentamiento de la Asamblea no puede terminar aquí, si bien el despojar de su principal privilegio a muchos de los actuales diputados es una victoria ciudadana, la justicia tiene que hacer su parte. Es imperativo que nuestro sistema judicial recupere los fondos que nos robaron y condene severamente a todos los que participaron de la corrupción, despojándolos también de la posibilidad de regresar al poder.
Por otro lado, los partidos políticos tienen la obligación de mejorar su oferta electoral. No pueden seguir mirando para el otro lado, desentendiéndose con la excusa de que los miembros del partido son los que escogen a los candidatos en las primarias. Si bien las primarias son parte de un un ejercicio democrático que elimina la discrecionalidad de las cúpulas de los partidos en la designación de las candidaturas, los partidos tienen la responsabilidad de implementar mayores requisitos para quienes aspiran a representar al partido en las elecciones. A fin de cuentas, los candidatos de los partidos definen su imagen, y la imagen por asociación de todos sus miembros. No es solo ganar elecciones, el propósito principal de un partido debe ser siempre llevar al poder a los mejores candidatos, para implementar la visión de país que propone cada partido.
Esperamos que el grito #NoALaReelección haya alcanzado, no solo a los 36 diputados que no lograron reelegirse, sino a los 71 diputados que toman posesión el 1 de julio. Los ciudadanos demostraron que sí existe el castigo electoral. Demostremos, también, que estaremos vigilantes estos próximos cinco años. El reto ciudadano ahora es ser veedores de la Asamblea, estar muy atentos de que los diputados cumplan su función de fiscalizar al Órgano Ejecutivo y legislar en beneficio del país, utilizando con prudencia y transparencia los recursos de todos los panameños, #PelaElOjoPanamá.
La autora es miembro de Movin y conductora del programa ‘Sal y pimienta’
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